"Ése es el precio que pagas cuando partes: los objetos no se quedan donde los dejaste, los amigos difuminan tu recuerdo apenas les das la espalda, los parientes no te vienen a buscar porque los tenues lazos se estiraron en la distancia y terminaron quebrándose. El mapa de la isla del tesoro que se pierde. Les ocurre a todos porque todos, tarde o temprano, parten a algún lugar".
La materia del deseo
Edmundo Paz Soldán

sábado, abril 02, 2005

La noche de los sentimientos muertos

Ayer en la noche, mientras veía una película, pasáron por mi mente tantos recuerdos, tantas imágenes, tántos sentimiento, todos siempre representándote a tí, antígua Diosa de mi destino, antiguo ser que yo adoré, mi madre... mi "Bridgid"...
Pensé y pensé tanto en tí akella noche, que las lágrimas brotaban de mi ojos cual si fuera una cascada de dolor, pasaban de las 12 de la noche, todos dormian, éso era extraño, pues mi hermano "Yue" siempre se duerme a altas horas de la noche... La película había llegado a su término, pero yo aún sentía ésa gran pesadés en mi interior.
Decidí dar un paseo; me coloqué una sudadera, pues hacía fresco, tomé un par de pañuelos por si mis lágrimas llegaran a salir de inesperado y mis llaves, salí y cerré la puerta lo más cuidadoso que pude, pero no fué mucho, bajé pesásamente las oscuras escaleras, y comencé a vagar por los laberintos que conforman los Condominios donde vivo. Caminé mucho rato, no estoy segura de cuánto tiempo fué.
La noche estaba espléndida, la luna brillaba con todo su esplendor, las estrellas le hacían compañía, y el viento... me acompañaba a mí... mientras estaba sentada sobre ésa piedra frente a akél jardín infantil... el viento acarició mi desolado rostro, como queriéndome decir "vámos, no te desanimes, todo saldrá bien" sonreí porque por un breve instante, sentí que mi amable Abuela "Haruka" , que en paz descance, estaba tratando de consolar a su triste nieta desde el lugar donde ella se encontrase, acariciando mi aún infantil corazón que tanto ha sufrido en los últimos 3 años...
Me moví de ésa piedra, pues varias parejas pasaban y me veían muy raro... y yo quería estár sola... la única compañía que disfruté fué de otro gato que, como yo, vagaba entre la oscura noche, lamiendo sus garras y mirandome como diciendo "mira como disfruté a mi presa... serás tú la sigiente??".
Salí de ése pequeño callejón, buscando la forma de regresar a mi edificio, y sentarme en las oscuras escaleras a observar cómo mi sobra desaparecía junto con mi esperanza, pero me encontré perdida entre aquél enredado laberinto nocturno.
Sombras me rodeaban, ojos me miraban, seres me seguían... el miedo se apoderó de mis entrañas, mis pies comenzaron a caminar cada vez más rápido, sin siquiera que yo me diera cuenta; para cuando me percaté, comencé a reducir el paso, confiando en mi limitado conocimiento de las artes marciales como defensa, recuperé la cordura y noté que había llegado a un pequeño parque donde habían diversos juegos, entre ellos uno que daba vueltas; me senté y comencé a girar lentamente, tratando de que el movimiento calmara ya no mi tristeza, sino mi temor... y así lo hizo...
Regresé a mi departamento erizada aún por el miedo, pero ya más trankila de haber llegado a mi destino, puse las llaves en el cajón y me tiré en la cama, calléndome literalmente del sueño, jalé un poco de cobija mientras me sacaba la sudadera y me quitaba la liga del alborotado cabello, colocando mi cabeza en la almohada y disponiéndome a viajar a un mundo mejor que el mío:
... el de los sueños...

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