Cuando te das cuenta que tu cerebro se desconecta, que no puedes expresar una idea correctamente, que te trabas al hablar, que dejas de recordar los sucesos diarios.
Cuando olvidas lo que soñaste, cuando el estar despierta te pesa en el pecho, cuando ya nada te satisface el hambre, el cansancio o la sed... cuando comienzas a perder la vista, el oído, el tacto, el gusto, el habla...
Cuando eso te atormente pero a la vez te entumezca la existencia, entonces sabrás en carne propia lo que es añorar la muerte por sobre las efímeras alegrías que el mundo te da.
20191215 21.52
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